Rafael Correa e o populismo na América Latina

















Participei recentemente em Bruxelas numa reunião organizada pelo Instituto Egmont (Institut Royal des Relations Internationales da Bélgica) em que o Presidente da República do Equador, Rafael Correa, fez uma muito interessante comunicação intitulada "Las Relaciones entre la Unión Europea y América Latina".

Reproduzo abaixo um pequeno extracto dessa conferência, em que Rafael Correa analisa as acusações de populismo que são frequentemente dirigidas contra ele e contra outros presidentes da América Latina:


"Mucho se habla, en Europa y en América, que en la región latinoamericana actualmente existen dos izquierdas: una populista y otra pragmática; revolucionaria la primera y gradualista la segunda. Esta distinción no puede ocultar una fuerte carga normativa que pretende deslegitimar a los perturbadores, a quienes queremos romper el orden heredado del Consenso de Washington.


Las ciencias sociales tienen pocos conceptos unánimemente aceptados, y el «populismo» no es, precisamente, uno de ellos. Originalmente se lo acuñó para resumir los procesos sociales liderados por Juan Domingo Perón en Argentina y Getúlio Vargas en Brasil. Hoy, a pesar de su evidente elasticidad, sistemáticamente se lo utiliza para criticar a presidentes que, paradójicamente, han sido elegidos con masivos apoyos populares. Ha desbordado los cenáculos universitarios y se ha impuesto como calificativo unificador para los mandatarios de Bolivia, Ecuador y Venezuela. El objetivo es claro: descalificar a dirigentes que tienen el mal gusto de no ajustarse a los cánones que, en el siglo XXI, y según los críticos de derecha, deberían caracterizar a los líderes de la izquierda.


En su utilización contemporánea, el populismo designa dos características: la primera, la supuesta irresponsabilidad política que implica realizar promesas inmediatamente realizables, según las expectativas del electorado; y la segunda, que en él no existe mediación entre el liderazgo democrático y la ciudadanía.


Una «promesa inmediatamente realizable» se relaciona con la «economía política de lo posible». Pero, ¿cómo puede definirse políticamente, de antemano, el «espacio de lo posible»? ¿Acaso una política destinada a cuestionar las estructuras económicas y sociales de un país no corre el riesgo de caer –siempre- bajo la acusación de populismo, sin que siquiera se la pueda discutir?


Resulta, entonces, que si se acepta esta crítica al populismo, también se debe aceptar que implica el debilitamiento del espacio de lo político. La negación de la política de lo posible, preconizada por los especialistas en populismo constituye, en sí misma, un proyecto político. Y si a este proyecto añadimos el temor a la rehabilitación del totalitarismo, esa visión del populismo supone un "posibilismo" que, de antemano, condena cualquier proyecto de transformación social.


Ha sido precisamente este tipo de liderazgo, calificado de populista, el que ha promovido los derechos universales consagrados en las nuevas constituciones de Bolivia y Ecuador. Liderazgo que no ha temido, al propiciar esta conquista social, correr el riesgo de perder tradicionales mecanismos de control sobre las poblaciones más pobres."

1 comentário:

PR disse...

Mesmo na mouche, Rafael